El experto Miguel Angel Sabal lanza una importante alerta a las autoridades relacionadas con la toma de decisiones para los sistemas de educación pública de los países: la tecnología no puede seguir rezagada.
Sabal sostiene que la tecnología debe ser parte de la cadena de valor de la enseñanza, sobre todo en aquellas sociedades muy alejadas de los grandes centros mundiales del desarrollo.
Sin embargo, el especialista en sistemas de aprendizaje basados en el progreso tecnológico, aterriza en una realidad.
“La escasez de recursos justifica en gran medida el no poder hacerlo cuando las necesidades de las escuelas públicas, sobre todo las rurales, son mucho mayores a los recursos económicos disponibles”, reflexiona.
El experto analiza el contexto y agrega que la desinversión en educación de los países en vías de desarrollo ha generado décadas de retrasos que difícilmente se van a poder resolver en poco tiempo.
El desafoío transitorio en la educación pública
La situación descrita no tiene que significar una sentencia definitiva. Miguel Angel Sabal apunta hacia métodos alternativos y transitorios.
“Podemos progresivamente ir incorporando la realidad virtual y aumentada como estrategia para mejorar y fortalecer el proceso de enseñanza en escuelas de sectores vulnerables”, señala.
“Los HUB de realidad virtual, serían espacios compartidos entre cluster de escuelas”
La estrategia se aplicaría de forma simultánea a la atención de las necesidades primarias y básicas de infraestructura de estos países pobres y con recursos limitados.
Sabal cree que una experiencia exitosa con el acceso a internet, podría ser una forma de hacer eficiente y factible la incorporación de las escuelas públicas al Eduverso.
Consultado sobre este término novedoso, señala que Eduverso es un concepto que implica la incorporación de herramientas de realidad virtual y aumentada en el aula de clase.
El objetivo es generar espacios totalmente inmersivos que faciliten al profesor entregar un contenido basado en una experiencia ultra realista a través de la tecnología.
“A principios del siglo XXI se crearon los Infocentros o bibliotecas virtuales, esos espacios públicos en los que los estudiantes podían navegar por internet por un tiempo limitado, investigar y realizar sus tareas, hoy sería la aplicación de un HUB de Realidad Virtual”, sostiene.
Se necesita tecnología democratizada
Miguel Angel Sabal,en su idea de sumar a la educación pública al Eduverso, recomienda que se habiliten espacios acondicionados para que maestros de diferentes escuelas puedan dictar algunos módulos de currículo educativo con esta modalidad tecnológica.
“Los HUB de realidad virtual, serían espacios compartidos entre cluster de escuelas”, precisa el experto.
Los HUB de realidad virtual, prosigue, tendrían como objetivo entrenamientos masivos de docentes de cómo preparar una clase en el Eduverso, cómo se logra captar la atención de los estudiantes y cómo esta herramienta permite un salto cuántico en la experiencia de aprendizaje a través de una interacción realista en algunos contenidos del plan de estudios.
“El sector público puede implementar esta modalidad para democratizar el acceso al Eduverso de una manera eficiente a través de espacios compartidos”, sentencia.
Miguel Angel Sabal estima que esta idea también la pueden implementar organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la disminución de brechas digitales en estudiantes de sectores vulnerables.
No descarta que pueda ser una forma de las agencias de cooperación internacional de los países desarrollados de contribuir a disminuir las brechas en tecnología, a través de la instalación de estos espacios compartidos de realidad virtual y aumentada.
La educación técnica para el trabajo se refiere a la formación y entrenamiento orientado al desarrollo de habilidades para “saber hacer” diferentes técnicas y procedimientos que permitan la empleabilidad.
Su existencia se remonta a la existencia misma del hombre, pues se trata de aprender a través de la imitación de aquellos que ya conocen sobre una determinada disciplina del saber (Blanco, 2023).
La educación técnica para el trabajo es, sin lugar a duda, la fuente más importante de mano de obra especializada en los países industrializados y sus resultados inciden en el crecimiento económico de aquellos países en los que existe alta participación e interacción entre los sectores productivos (empresas e industrias), al estado como garante del desarrollo económico y a las instituciones de formación técnica profesional.
Referencias latinoamericanas de Educación técnica para el trabajo
Chile, Colombia y México son tres países que, desde hace más de 20 años, pero con mucho más energía y entusiasmo en la última década, han entendido a la perfección que la formación técnica profesional es uno de los pilares más importantes para alcanzar el desarrollo productivo y lograr la competitividad en los sectores industriales. Los hacedores de políticas públicas conducentes a la empleabilidad y a la productividad (sin quitarle importancia a una o a otra), pasando por los sectores productivos (industrias) y los institutos de formación técnica (academia), convergen en estrategias integrales en las que se obligan a hablar entre si para lograr que la formación técnica responda a la demanda de la industria viva y por tanto, genere empleos dignos, movilidad social y en definitiva bienestar y crecimiento económico.
Un excelente caso de estudio para entender cómo hacen los países para convertir la educación técnica profesional en un pilar para su competitividad el caso chileno, la economía más pujante y estable de América Latina. [1]
La experiencia de Chile en esta materia es digna de estudiar a profundidad. En el país suramericano se decidió, hace más de 20 años que, sin importar el gobierno de turno, que la educación técnica profesional era una prioridad estratégica para lograr competitividad y crecimiento económico.
Para ello debía existir una articulación muy poderosa entre el Estado, los institutos privados de formación técnico profesional (que ya existían) y los sectores industriales. Se desarrolló e institucionalizó una política pública de gran reputación entre la población denominada Chile Valora. [2]
Chile Valora es la marca comunicacional de la Comisión Sistema Nacional de Certificación de Competencias Nacionales, una institución que supervisa y establece las líneas de acción desde una visión de Estado de la estrategia de formación técnica profesional del país, integrada por representantes del Ministerio de Educación, Ministerio del Trabajo, sectores productivos de las distintas áreas de la economía chilena, así como autoridades de las principales instituciones de formación técnica profesional del país.
Chile Valora se encarga del diseño y actualización del marco de cualificaciones nacional. El marco de cualificaciones, se trata del sistema que recoge todas las carreras técnicas y oficios, así como las competencias necesarias para el funcionamiento y la competitividad de los sectores productivos del país, que se genera a través de un dinámico diálogo tripartito: industria, academia, Estado.
El éxito de Chile Valora y su diferencia con otras políticas públicas del continente se centra en tres aspectos:
No es un política pública o campaña coyuntural para generar empleos en un período determinado. Es una estrategia holística que por supuesto tiene como fin la empleabilidad (de calidad) al tiempo que responde a las necesidades de la industria.
Ha trascendido a las ideologías de los gobiernos de turno, manteniéndose la prioridad de garantizar formación técnica de calidad, empleabilidad y la mano de obra calificada necesaria para el crecimiento de los sectores productivos y la competitividad internacional de la economía.
Está en constante variación y actualización. El diálogo permanente empresa – Estado-academia ha derivado en un sólido marco de cualificaciones nacional que responde a las demandas demográficas de empleos de calidad y a las necesidades actuales de mano de obra calificada de los sectores productivos del país.
Finalmente, y a pesar de que el aprendizaje se genera dentro de los campus de las instituciones de formación técnica profesional, la participación de los sectores productivos tiene gran relevancia.
En primer lugar, forman parte importante del diseño del marco de cualificaciones nacional, pero en segundo lugar, los laboratorios y talleres prácticos de los grandes centros de formación técnica, son financiados y operados en gran medida por los expertos de las propias industrias que demandan de la mano de obra en formación. Entonces, si una institución forma técnicos en electromovilidad, una carrera técnico profesional de gran relevancia en Chile, los talleres prácticos son financiados por las empresas líderes en este sector como Peugeot o Tesla.
El reto de los países pobres y con el aparato productivo destruido
La mayoría de los análisis sobre la posibilidad de que en Venezuela se reactive la capacidad productiva, apuntan con toda razón a acciones de índole macroeconómica y regulatoria.
Acceso a crédito, mejorar la política cambiaria y algunas medidas proteccionistas desde el punto de vista arancelario (ECOANALÍTICA, 2022), son los focos de atención de los análisis de riesgo y al mismo tiempo los alaridos que se escuchan desde los sectores que con mucha dificultad han logrado sobrevivir a la crisis económica más dramática de las últimas décadas. Sin embargo, muy poco se habla del enorme esfuerzo que deben hacer para acceder a mano de obra calificada que responda a una eventual reactivación económica.
El éxodo desproporcionado de la población joven de Venezuela, [3][4] acentuada en el último quinquenio, ha traído como consecuencias que buena parte de los técnicos soldadores, electricistas, técnicos en mantenimiento industrial, perforadores y operadores de taladros, técnicos agroindustriales, huyeran del país en busca de una mejor calidad de vida. La fuga o inexistencia de talento, así como la imposibilidad de conseguir mano de obra calificada es uno de los principales factores de riesgo de la actual industria (CAF, 2018).
Sin embargo, el desafío futuro para cerrar esa brecha es aún más alarmante y retador.
Es urgente empezar a posicionar la necesidad de diseñar una estrategia país conducente a la generación de mano de obra calificada que permita asumir una potencial reactivación económica desde la industria, al tiempo que se generan empleos dignos, competitivos y de valor para aquellas personas que formarán parte de esa enorme masa laboral. A continuación, algunas de los pasos preliminares que se pueden ir haciendo desde ya en esta dirección:
Promover a las instituciones de formación de cuarto nivel abrir unidades de formación técnico profesional basada en el modelo de aprender haciendo con enfoque en competencias (modelo chileno): si no hay oferta de calidad por parte del sector académico, no habrá forma de cerrar la brecha de técnicos especializados en los distintos saberes.
Promover la incorporación activa de industrias en la cadena de valor de la formación en competencias: mientras no exista un marco de cualificación nacional, las instituciones de educación en oficios deben incorporar a las industrias de su zona de impacto en la definición de la oferta formativa. Utilizando un modelo de levantamiento de competencias que permita definir, junto a la empresa, las habilidades, conocimientos y actitudes que necesitan desarrollar los aprendices, para desempeñarse adecuadamente en el entorno del trabajo (INACAP, 2022)
Impulsar diálogo tripartito para la creación/actualización de un marco de Cualificación Nacional: Las referencias internacionales exitosas en formación técnica profesional, coinciden en la importancia de sistematizar las necesidades de mano de obra calificada de la industria nacional a través de un marco de cualificación que abarque:
¿Cuáles son los oficios o carreras técnicas que demanda la industria nacional??
¿Cuáles son las competencias específicas que se deben desarrollar para cada oficio o carrera técnica?
¿Cuáles son las mallas curriculares, que permiten alcanzar las competencias específicas para cada uno de los oficios o carreras técnicas que demanda la industria nacional?
Impulsar un marco regulatorio favorable para la formación técnica profesional.
La regulación debe generar suficientes incentivos para que:
a)Existan Instituciones educativas que se dediquen a la formación técnica profesional.
b)Exista suficiente financiación y subvenciones para dar acceso a la formación técnica de calidad.
c)Exista continuidad educativa entre la formación en oficios y carreras técnicas profesionales y de pregrado.
d)Se incorpore al sector privado en la financiación de la educación técnica profesional, vía incentivos fiscales o contribuciones especiales.
Impulsar un cambio Cultural profundo y reposicionamiento de la Educación Técnica Profesional: La realización de programas que generen empleabilidad, buenos salarios y un empleo digno y útil para la reactivación de la industrial, es el capital semilla para una estrategia de reposicionamiento de la educación en oficios en la percepción de los jóvenes. En Latinoamérica, y en gran medida en Venezuela, los oficios y las carreras técnicas siempre han sido considerados caminos educativos de poca calidad y de poca oportunidad para progresar. Un modelo nacional pasa por impulsar la formación en oficios como una alternativa ganadora para la empleabilidad, la productividad y el desarrollo económico del país. Siguiendo el ejemplo de los países europeos como Alemania, Italia y Suiza, referentes en la educación para el trabajo.
Todas estas acciones pueden contribuir a propiciar un entorno fértil y abierto a una discusión país de mayor alcance y trascendencia que permita la generación de empleos de valor para la población joven y un ecosistema virtuoso entre la empresa-la academia y el Estado en la dirección de reactivar la productividad, generar competitividad y progreso que siempre se traduce en bienestar para los ciudadanos.
¿Qué es la realidad virtual? ¿Cómo genera valor en los procesos productivos? ¿Llegamos al futuro y no nos dimos cuenta?
La tecnología es cada vez más parte de nuestras vidas. Este hecho innegable no debe sorprendernos, intimidarnos y mucho menos preocuparnos.
Por el contrario, mientras algunos conservadores piensan que la tecnología destruirá la esencia “social” del ser humano, otros debemos enfocarnos, como en efecto hacemos, en sacarle el mayor provecho posible, utilizándola adecuadamente, para generar valor económico, social y en definitiva, promover el progreso y la evolución de las sociedades.
La realidad virtual (VR) es un conjunto de técnicas informáticas que permiten crear imágenes y espacios simulados en los que una persona o grupo de personas, mediante un dispositivo visual, tiene la sensación de estar y poder desenvolverse dentro de ellos. Generalmente, asociamos este término a actividades de entretenimiento, especialmente los video juegos.
Sin embargo, cada vez más la realidad virtual toma protagonismos en sectores de relevancia social como las ventas de inmuebles,[1] el turismo internacional [2] y la educación [3].
El Metaverso en Real State
En el sector inmobiliario, o real state, representa una herramienta súper poderosa que permite a los desarrolladores y promotores una proyección ultra realista de los proyectos de infraestructura a comercializar.
Para el constructor de un proyecto de centros comerciales, realizar la preventa y vender los espacios a posibles clientes, sin haber colocado una sola piedra en la obra, es una tarea muy sencilla.
Lograr trasladar en cuestión de segundos a los inversionistas, a través de una experiencia inmersiva de realidad virtual, permite no solo mostrar cuál será el acabado final del centro comercial, sino también evocar imágenes de cómo será la experiencia de recorrerlo apelando a una conexión mucho más persuasiva y efectiva. Para los que trabajan en proyectos habitacionales, ya no es necesario realizar una casa modelo para la venta en planos de apartamentos o viviendas unifamiliares.
A través de la realidad virtual, una familia puede estar, junta, en su futura “casa virtual”, recorrerla, sentarse en la sala de televisión, personalizarla con colores, muebles y vivir una experiencia nunca antes imaginada en el universo tal y como lo conocemos, sino más bien, en el metaverso.
En el mismo sector económico, pero desde la perspectiva de construcción civil, tiene cada vez más auge la metodología BIM, conocida por sus siglas inglés Building Information Modeling. Se trata de la centralización de un proyecto civil en un modelo digital-informático en el que se incorporan todos los actores involucrados.
Es una maqueta digital que concentra a todos los agentes encargados de la construcción, desde los arquitectos hasta los expertos en electricidad, aguas, estructura, diseño interior. Imaginemos el poder que tiene la realidad virtual y las experiencias inmersivas para el seguimiento de proyectos, basados en el enfoque BIM.
Se trataría entonces no solo de maquetas digitales, sino de representaciones ultra realistas de las obras a desarrollar que permitirían un seguimiento detallado de los procesos, minimización de errores, integración y análisis técnico proactivo.
La evolución del plano físico, al render 3D, ya es solo el primer eslabón de la tecnología. Ahora se pueden realizar integraciones virtuales que trascienden nuestro universo, y que empiezan a ocurrir en el metaverso, a través de la realidad virtual.
Turismo: La construcción de la marca país en el Metaverso
Son muchos los ejemplos de países, que deciden como estrategia de crecimiento y diversificación económica, la explotación de sus recursos naturales y fortalezas geográficas para el desarrollo del turismo. Para alcanzar ese desafío invierten millones de dólares en la construcción de la marca país.
El resultado final de aplicar la estrategia de marca país no es sólo enmendar la imagen de un país, sino cambiar la percepción de los visitantes (turistas e inversionistas) a través de una experiencia positiva sobre un destino (Echeverri,Estay-Niculca, Herrera, Santamaría, 2013).
¿Cómo se puede generar una experiencia positiva sobre un destino a través de publicidad tradicional? En un mundo tan competitivo y globalizado ¿cómo pueden los gobiernos diferenciar sus riquezas naturales y posicionarlas positivamente con respecto a otros países vecinos?.
Pues ha llegado el momento en el que los hacedores de políticas públicas, conducentes a la creación de una marca país diferenciada deberán empezar a construir ese país en una extensión de la realidad, tal y como la conocemos. Es decir, deberán empezar a tener una presencia más significativa en el metaverso.
A través de lentes de realidad virtual y apelando a la experiencia inmersiva y multisensorial que nos ofrece esta herramienta, los gobiernos podrán entregar, de manera distribuida, una percepción ultra realista de las bondades y fortalezas naturales de sus países, logrando a través de un click exponer esa “experiencia positiva del destino turístico” en el metaverso. El desafío y la competencia será aún mayor, pero otorga más poder a los usuarios e inversionista para la toma de decisiones, de una manera más costo efectiva, al tiempo que potencia las posibilidades de comunicar y visibilizar esas bellezas naturales y paraísos turísticos de una manera que nunca se había podido.
Educación: la base del progreso y desarrollo
Si en el sector inmobiliario y turismo, la realidad virtual ofrece beneficios, en la educación, es quizás donde mayor provecho podemos sacar de la aplicación y uso guiado de la tecnología, como modelo de crecimiento y desarrollo.
La realidad virtual es una herramienta por demás poderosa y útil para mejorar los índices de calidad y continuidad educativas en todas sus etapas:
Educación Preescolar y Básica:
La aplicación de plataformas de realidad virtual y aumentada en el aula de clases permite desarrollar el pensamiento de orden superior, potenciando la imaginación y la innovación desde temprana edad. Además, está comprobado que aumenta la capacidad de atención en los niños casi 4 veces más que cualquier otra herramienta multimedia que haya existido.
Es una herramienta probada para la enseñanza de niños con algunos trastornos cognitivos como el déficit de atención e hiperactividad, conocido como TDAH (Serra-Pla JF, Pozuelo M, Richarte V, Corrales M, Ibanez P, Bellina M, Vidal R, Calvo E, Casas M, Ramos-Quiroga JA.2017) debido a que permite aumentar su atención al tiempo que viven una experiencia amena y divertida.
Cada vez que existe una disrupción tecnológica que anticipa una evolución cuántica en las herramientas que pueden contribuir en el proceso de enseñanza, unos celebran y otros se estresan.
Celebran, los abanderados del cambio, los innovadores y los que entienden que los métodos de enseñanza actuales no son infalibles y que deben ir adaptándose a la velocidad en la que la tecnología avanza.
Se estresan, con toda razón, aquellos que durante años se han dedicado a cerrar brechas entre las instituciones educativas privadas que cuentan con recursos y con procesos flexibles y las instituciones educativas que forman parte del sector público, que además de tener presupuestos que difícilmente alcanza para su precario funcionamiento, forman parte de estructuras burocráticas oxidadas en las que cambiar, no es una opción.
Definiendo Eduverso
Hoy en día hay mucho que celebrar y mucho que preocuparse con la aparición de innovaciones tecnológicas que parecieran extravagantes, pero que, sin temor a equivocarme, serán herramientas transversales y calificadoras en la educación privada, en un periodo no mayor a los dos años. Se trata del Eduverso.
El Eduverso es el metaverso en la educación.
Y ¿Qué es el Metaverso? Según un artículo publicado en agosto de 2022, el Metaverso es una realidad digital a la que accedemos a través de dispositivos especiales como gafas de realidad virtual o aumentada a través de las cuales podremos interactuar con otros usuarios. Cada uno de estos usuarios tendrá un avatar (su personaje en el mundo virtual) e interactuarán a través de objetos en mundos inmersivos (SÁEZ HURTADO, 2022)
Unido a la realidad virtual
El Eduverso es entonces, el concepto que implica la incorporación de herramientas de realidad virtual y aumentada en el aula de clase, para generar espacios totalmente inmersivos que faciliten al profesor entregar un contenido basado en una experiencia ultra realista a través de la tecnología.
Ya los colegios públicos y privados en Estados Unidos, Europa y algunos países de Asia están implementando soluciones que incorporan realidad virtual y aumentada en todos los salones de clases. Italia, Polonia, Singapur e Inglaterra son países pioneros en los que inclusive el sector público ha realizado inversiones millonarias orientadas a que todos los jóvenes y estudiantes se expongan a esta tecnología de manera temprana.
¿El Eduverso es un lujo o una necesidad?
Si se hubiera preguntado hace 25 años (finales de los años 90) a los ministros de educación de América Latina, si era necesario que las escuelas públicas hicieran un esfuerzo por tener acceso a internet total o parcialmente, muchos, la gran mayoría, hubiera asegurado que las escuelas tenían necesidades de orden primario (pirámide de Maslow) mucho más básicas para al menos garantizar su funcionamiento, y hubiera habido un consenso bastante generalizado que tener internet era un lujo, no prioritario.
El problema de la falta de visión es que a pesar que en el año 2023, todos reconocen que el internet y en general las tecnologías de información y comunicación, son herramientas básicas y necesarias para el aprendizaje y la educación, hoy en día solo el 30% de las escuelas públicas de América Latina han logrado instalar internet en sus instalaciones. (BID, Banco Mundial, El Diálogo, 2021) .
Un resultado súper dramático que no es más que consecuencia de no haber identificado a tiempo la importancia de incorporar la tecnología y las herramientas digitales como parte del proceso de enseñanza.
De manera análoga ocurre con la realidad virtual y aumentada. Hoy en día, pocos millones de estudiantes del mundo desarrollado están recibiendo contenidos a través del Eduverso y se están exponiendo a experiencias inmersivas espectaculares que les permiten desde su salón de clases recorrer el mundo y conocer diferentes culturas, aprender idiomas, explorar con ultra realismo las ciencias naturales, la geografía, la naturaleza, conociendo de primera mano a través de una extensión de la realidad: la realidad virtual.
Y mientras eso ocurre, los hacedores de políticas públicas posiblemente estén pensando que el Eduverso es un lujo, innecesario, costoso y que no genera valor. El lamentable y aún más dramático resultado será más brechas en tecnología, más desigualdad, más pobreza y menos integración social.
Un enfoque positivo y alternativo: cómo incluir a las escuelas públicas en el Eduverso en países pobres y desiguales
Aunque pareciera un cuestionamiento la falta de visión de los tomadores de decisión en los sectores públicos, sobre la obligada relevancia de incluir, sin retraso, la tecnología como parte de la cadena de valor de la enseñanza, la verdad es que la escases de recursos justifica en gran medida el no poder hacerlo cuando las necesidades de las escuelas públicas, sobre todo las rurales, son mucho mayores a los recursos económicos disponibles.
La desinversión en educación de los países en vías de desarrollo ha generado décadas de retrasos que difícilmente se van a poder resolver en poco tiempo.
Sin embargo, existen formas alternativas y transitorias que pueden progresivamente ir incorporando la realidad virtual y aumentada como estrategia para mejorar y fortalecer el proceso de enseñanza en escuelas de sectores vulnerables, al tiempo que se atienden las necesidades primarias y básicas de infraestructura estos países pobres y con recursos limitados.
¿Qué hacer en las escuelas públicas?
Una experiencia exitosa con el acceso a internet, podría ser una forma de hacer eficiente y factible la incorporación de las escuelas públicas al Eduverso.
Así como a principios del siglo XXI, se crearon los Infocentros o bibliotecas virtuales, esos espacios públicos en los que los estudiantes podían navegar por internet por un tiempo limitado, investigar y realizar sus tareas, se podría implementar una estrategia ganadora con la realización de HUB de Realidad Virtual.
Espacios acondicionados para que maestros de diferentes escuelas puedan dictar algunos módulos de currículo educativo a través del Eduverso.
Los HUB de realidad virtual, serían espacios compartidos entre cluster de escuelas.
Acciones paulatinas
En ellos se pueden ir realizando entrenamientos masivos de docentes de cómo preparar una clase en el Eduverso, cómo se logra captar la atención de los estudiantes y cómo esta herramienta permite un salto cuántico en la experiencia de aprendizaje a través de una interacción realista en algunos contenidos del currículo. Esta estrategia puede ser implementada por el sector público de manera de democratizar el acceso al Eduverso de una manera eficiente a través de espacios compartidos.
También puede ser implementada por organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la disminución de brechas digitales en estudiantes de sectores vulnerables o, finalmente, puede ser una forma de las agencias de cooperación internacional de los países desarrollados de contribuir a disminuir las brechas en tecnología, a través de la instalación de estos espacios compartidos de realidad virtual y aumentada.
Las escuelas privadas o se montan o se encaraman.
Pero las escuelas privadas de América Latina tampoco están al nivel de los países desarrollados en cuanto a incorporación al Eduverso se refiere.
La adopción de esta tecnología sigue siendo muy incipiente, aunque destacan estados como Nueva León en México y Santiago de Chile que han identificado de manera temprana esta necesidad, la dificultad de superar las barreras de entrada de nuevas tecnologías como parte del proceso de enseñanza también son un gran reto en el sector educativo privado latinoamericano.
Los colegios con doble pensum y con currículos internacionales de origen europeo, empiezan a mirar con beneplácito la incorporación de la realidad virtual y aumentada como una acción obligada, que difícilmente puedan seguir postergando.
Los desafíos operativos
Sin embargo, también presentan grandes desafíos operativos: la resistencia al cambio y las brechas tecnológicas de la planta docente que se traducen en poca disposición a incorporar disrupciones tecnológicas tan grandes en el proceso de enseñanza; la disponibilidad presupuestaría y poca inversión en infraestructura tecnológica y por tanto, la inminente necesidad de trasladar los costos de adquisición de la tecnología a la matrícula que pagan los padres y representantes, quienes posiblemente tampoco entiendan la urgente necesidad de montarse en la ola de la tecnología para hacer que sus hijos sean exitosos en un mundo cada vez más global, cada vez más competitivo y cada vez más virtual.